El técnico de la selección está ofreciendo durante esta Eurocopa una lección a la hora de hacer los cambios aprovechando, especialmente, el bajón físico de los rivales.

Vicente del Bosque es un entrenador experimentado. Su larga trayectoria le permite asumir con normalidad las críticas que suele despertar entre prensa y aficionados una selección de nivel como la española.

Si en las alineaciones titulares ofrece más dudas, se puede decir que en los cambios durante los  partidos hay consenso. Casi siempre acierta. Este consenso es facilitado también por el hecho de que se ha vuelto a llegar a la final.

El equipo tipo de Del Bosque parece inamovible. Como lo es el sistema. El doble pivote formado por Xabi Alonso y Busquets es innegociable. Como lo es, al menos hasta el momento, la pareja Iniesta y Silva. Solo en la punta de ataque, Del Bosque ha ofrecido alternativas: Cesc, Torres y Negredo.

El técnico salmantino, al contrario que otros entrenadores, parece plantear los partidos en dos bloques. El primero hasta el minuto 60. Y el segundo, hasta el pitido final. Es en este segundo acto donde del Bosque  acostumbra a dar un giro a los partidos con sus cambios.

Lo hizo frente a Italia con la inclusión de Torres, generador de ocasiones. Y de nuevo frente a Croacia, buscando más posesión con Cesc. El partido de cuartos dio la alternativa a Pedro que revolucionó un partido demasiado frío.

Y en semifinales apostó por los extremos con el tinerfeño y Navas. El resultado ha sido muy positivo. El mejor juego de la selección, salvando el partido de Irlanda, ha llegado con los cambios. Del Bosque aprovecha que los rivales van perdiendo disciplina en el marcaje y sufren cierto bajón físico para cambiar el sistema, apostando generalmente por una mayor verticalidad y velocidad por bandas.

¿Por qué no inicia los partidos con este sistema? El técnico de la selección considera que perdería el factor sorpresa de los cambios. Del Bosque trata de sacar el provecho máximo al fondo de armario de la selección. No obstante, podría haber alguna sorpresa en la final.

Italia supo frenar muy bien al combinado español en la primera mitad. La posesión de la pelota será clave. ¿Volverá a apostar por Cesc? ¿Retornará Torres? ¿Sorprenderá con Llorente? Habrá que esperar hasta el domingo.